El ascenso de la escritura

Martin Eden (2019) de Pietro Marcello


Sep 12, 2019

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La adaptación cinematográfica es uno de los terrenos más nebulosos a los que puede enfrentarse el espectador que es también lector. Más allá de la fidelidad en pantalla de la obra literaria, el resultado de la manufactura fílmica suele ser objeto de recibimientos de toda índole. La única obligación que quizá debería cumplir una película de estas condiciones es mantener la viveza de la literatura de la que se inspira y aportar elementos cinematográficos generosos para la mirada. Si aquello se logra, podríamos darnos por satisfechos la mayoría de las veces.

Martin Eden (2019), libre adaptación de la novela de Jack London que hace Pietro Marcello, es ejemplo de ello. De estructura narrativa tradicional, persigue el retrato de un marinero de clase baja que en pocos años asciende a la fama como escritor, la película se cimenta, sin embargo, en imágenes de archivo analógicas que funcionan para esclarecer la brecha de tiempo entre la escritura de la obra original y el estreno de esta película.

El italiano Luca Martinelli es quien encarna al protagonista de la novela de London publicada en 1909. En él recae la película, pero son casi todas mujeres las que la dotan de matices. La construcción del personaje de Martin Eden depende siempre de elementos alrededor de él, pero el ímpetu para alcanzar que le publiquen sus primeras historias equilibra la balanza emocional y argumental de la cinta.

Filmada en Super 16 mm y con mucha libertad de cámara, Martin Eden remarca al destino como su eje. Las condiciones del protagonista, condenado con casi absoluta inminencia a una vida sin educación y sin futuro, se contraponen al sentimiento de Eden y su creencia en que está destinado a convertirse en escritor. El rápido interés que toma en la escritura a raíz de Elena, una chica de clase alta de la que se enamora, pudiera resultar inverosímil, pero es a última instancia intrascendente dada la fortaleza de la película en su conjunto, incluso es quizá esa inflexión de clase la que potencializa al relato.

Otra inflexión que consigue hacer más complejo e interesante al personaje de Martin es su transformación corporal. Los cambios en su cuerpo parecieran ir acompañados por la radicalidad de sus ideas. Entre más complejiza su pensamiento y más crítico se vuelve de su entorno, más transformada se muestra su imagen en pantalla. Conforme avanza la película, la existencia de Martin parece volverse otra, arrogancia de por medio, hasta el desenlace, donde aparece un guiño retrospectivo que la acompaña.

Esta ideología de clase se impregna con más fuerza según progresa la historia y posiciona a Martin Eden como una obra mayor dentro del cine italiano contemporáneo. Una pieza de destreza barroca y edulcorada musicalmente que, más que respetar la obra de Jack London, la representa en toda forma dentro del espectro cinematográfico actual, uno que a ratos carece de películas así, que evoquen al interior desde relatos pasionales e historias atemporales, pero sin recurrir al melodrama desmedido.

Una película poética y onírica en su forma, una tragedia de clases, un vaivén atemporal de imagen-voz-música, pero, sobre todo, un cuestionamiento hacia lo que pretendemos hacer con nuestras vidas.

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