Hagamos de cuenta

Playback. Ensayo de una despedida (2019) de Agustina Comedi


Ene 27, 2021

TAMAÑO DE LETRA:

Prepárense
frac trajinado y harapos de lamé.
Siempre es igual,
cartón pintado y un fondo musical.
Disimular,
el espectáculo debe continuar,
la concurrencia espera:
sonrisas por afuera
y por adentro ganas de llorar.

El viejo varieté, María Elena Walsh

La Colo y la Delpi se conocían desde chicas. Hacia fines de los ochenta y poco antes de terminar la secundaria, en un viaje en colectivo, conocieron a la Gallega. Después de ese primer encuentro, inseparables. En el mismo momento en que la última dictadura militar argentina daba por terminado su oscuro mandato, ebullió una escena contracultural subterránea que ansiaba goce, expresión, deseo. En la Córdoba pacata de esa época, la Colo, la Delpi y la Gallega, entre otras, encendían en la capital de la provincia las nuevas luces del viejo varieté y formaban el Grupo Kalas. Juntas, se montaban, se pintaban, se dragueaban y salían al escenario. Allí podían robar, por unos segundos, un poco de eternidad, ajena para ellas y muy propia de las divas de camarines a las que encarnaban, cantando sus canciones a puro ronroneo de los labios, mientras la pista sonaba y el playback hacía lo suyo.

Imaginemos que una de esas tantas noches en el club Piaf, Jaime Comedi las conoció, tal vez acompañado de Jorge, su pareja de aquel entonces. Afuera del Piaf, por más que la dictadura había finalizado, el conservadurismo social y la crisis del sida hacían estragos entre la comunidad LGBT. Mientras tanto, las actrices del grupo resistían con uniformes de lentejuela. Años y vidas después, la hija de Jaime, Agustina, realiza una película para recuperar parte del pasado de su papá, aunque esa es otra historia, ya contada. Revolviendo archivos, se topa con imágenes del Grupo Kalas. Conoce a la Delpi. Es a ella a quien escuchamos en off en el cortometraje Playback. Ensayo de una despedida (2019).

Volver a interpretar. Imitar con los labios. Poner play. Back. Review. Volver a los VHS. Revisitar archivos. Imaginar nuevas historias a finales aciagos. Como un recuerdo persistente, una figura humana andrógina, iluminada desde el fondo por una luz violácea, sube y baja una escalera. Irá hacia un escenario o tal vez desciende a los camarines. Las imágenes resisten. La persistencia del amor toma forma y vuelve a imaginar finales posibles. Finales otros. En imágenes.

La Gallega murió a causa del sida a los veinticinco años. Pero esto es un playback, un ensayo, una despedida más justa, más poética, más a la altura. Para nosotros, la Gallega se quedó con Mario, quien va a buscarla una noche al varieté y la besa para siempre. También pudo elegir al Turco, quien la acompañó durante sus últimos días. En realidad, no importa con quién se queda. Al final, la Gallega siempre canta la canción italiana para nosotros. «Hoy es sin playback, locas, esta noche voy a cantar yo». Hagamos de cuenta que ocurre así.

«Hagamos de cuenta»: cuando escuchamos a Delpi decir esto, aceptamos el contrato ficcional. Ahora todo puede pasar, ahora todo es pura magia, ahora la Gallega volvió a tener 25 años, la Colo no se murió aún, ahora es ficción. ¿Esas imágenes también lo son? ¿Ese es el club donde se dragueaban? ¿Ese es Mario? Hagamos de cuenta, porque el montaje —una vez más en el cine de Comedi— nos lo permite. No importa. Imaginemos. Que sea real. Si los recuerdos reaparecen subiendo por las escaleras laberínticas de la memoria, que nos permitan imaginar también los futuros posibles. Hagamos fast forward. Imaginemos, entonces, que la Colo será presidenta y sus decretos serán cumplidos: un mundo donde cualquier gay —cualquier persona— puede salir vestida de mujer —o de varón, según le plazca— a la calle sin ir preso o presa, y donde los policías visten con uniformes color pastel, usan zapatos de tacón y, atrás, moños de raso rosa.

TAMAÑO DE LETRA:

 

  • Clementina
  • El poder del perro
  • Adios al lenguaje-2