Yo era una ciudad

No táxi do Jack (2021) de Susana Nobre


Mar 10, 2021

TAMAÑO DE LETRA:

Escuché hace poco, en una conferencia de Steven Pinker,[1] que escribir no solo es compartir una imagen mental con otra persona, sino articular las palabras, el tono y la cadencia justas para darle un orden linear a la imagen que el escritor tiene en la cabeza. En No táxi do Jack (Susana Nobre, 2021), Joaquim escribe con la voz. Sus palabras tejen un plano mental que se ordena cuarenta años hacia el pasado: su mapa personal de Nueva York. Con los ojos cerrados, podríamos ser su sombra por Manhattan, imaginar las distancias que recorría en su taxi o en su limosina llevando a brokers borrachos a sus castillos solitarios en la montaña. La figura del cartógrafo que dibuja en la oscuridad del pensamiento ajeno es casi literal en una de las primeras escenas que tiene con su amigo Rato: Joaquim le sujeta las manos y las guía sobre una especie de diagrama imaginario sobre la mesa, le explica la disposición económica de East Side contra West Side y traza la parrilla de ejes numerados del 1 al 59, hasta topar con el lado sur de Central Park. Rato es ciego.

Mientras él nos guía por las calles de Nueva York, Susana Nobre hace lo mismo con la freguesia de Alhandra, en Lisboa. Casas blancas con tejados anaranjados, viejas maquinarias industriales delineando el cauce del Tajo. La cineasta integra una línea paralela a los recuerdos de Joaquim: la escritura con la imagen. Así sabemos de Rato y de Maria, la novia de nuestro héroe. Así vemos a un hombre entrando a la vejez mientras oímos sus aventuras a los 20 años. Nobre, esta segunda escritora, es el primer personaje que vemos en la película; ajusta su cámara antes de entrar en papel de burócrata y entrevistar a Joaquim en una oficina de desempleo.[2] Ella reafirma el aparato cinematográfico en un par de ocasiones como recordatorio de que por lo menos algo de lo que se filma es verídico, pero con el tiempo vamos a olvidar que estamos viendo un documental.

Quizás la mudanza desde lo testimonial hacia lo legendario es lo que hace a Joaquim lucir como esas personas que se desbordan de lo real, una mezcla extraña de sencillez y soltura, extravagancia y naturalidad. Un close-up de Joaquim es una puerta cerrada por su semblante indescifrable, pero también abierta, porque es de esas personas que inmediatamente caen bien. La puerta cerrada pero abierta es una sensación que no pasa seguido: todos coincidimos en ciertos rasgos y ciertos gestos, pero he aquí frente a mí alguien que no se parece a nadie que yo conozca, y no puedo creer que hable conmigo, y no puedo creer lo que dice.

A Joaquim seguramente le decían Jack cuando era taxista. Su identidad, partida desde el nombre; su cabello, imposiblemente negro para un hombre de más de 60 años. Viste las camisas de un viejo Elvis Presley y los abrigos de un viejo Johnny Cash. Cuando paga por un trago, practica el verb to be con cada moneda. Y no es para más: si alguna vez condujo a Jackie Kennedy y a Mohammed Ali, si vio el esplendor y la caída de Wall Street, ¿cómo desprenderse de esa otra vida? ¿Cómo aceptar que en los callejones de Lisboa no pasa más que la brisa del puerto y los aires de los muertos desde el cementerio donde encontró a sus padres?

De forma menos candorosa o abiertamente política que Arábia (João Dumans y Affonso Uchoa, 2017), por poner un ejemplo, la narración en off de No táxi do Jack hace un trayecto íntimamente ligado a los vaivenes económicos de Estados Unidos y muestra las consecuencias de las grandes tramas financieras en la vida del obrero migrante. Se fue sin dinero, volvió sin dinero. Pero, a diferencia de un cine político que utilizaría la anécdota como protesta, aquí lo que cuenta es la aproximación al recuerdo, el dibujo añorante, la escritura de la voz y la escritura de la imagen que logran lo imposible por un momento: encontrarse, empatar, dibujar la visión perdida de Nueva York.

No creo que haya palabras justas para recuperar las imágenes que te marcaron más profundamente. La impresión quedó hecha en una parte inaccesible de quien eres y seguirás siendo; aunque no te deja ir, sus nombres se volverán impronunciables. A un narrador como Joaquim, encontrar las palabras que compartan sus recuerdos más preciados con Rato, Maria o Susana, la única gente que le queda, podría llevarle otra vida entera.

TAMAÑO DE LETRA:

 

  • Clementina
  • El poder del perro
  • Adios al lenguaje-2

NOTAS Y REFERENCIAS:

[1] Politics and Prose, Steven Pinker «The Sense of Style», YouTube, 2014. {Revisado en línea por última vez el 9 de marzo de 2021}.

[2] De acuerdo con lo que la directora contó en Berlinale Meets, más o menos así conoció a Joaquim.