Breviario de una casa sin vistas

Un lago (2008) de Philippe Grandrieux


Abr 7, 2022

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Preludios


Philippe Grandrieux convierte a los leprosos en estetas. Enciende una cerilla, la gruta se ilumina débilmente. Las presencias están embalsamadas, son meros ungüentos para la lente de su cámara. Una fina capa de resina se entrevé. Un velo se desgarra lo suficientemente fuerte para que la imaginación se filtre: no hay provocación sucinta, acá los estertores y las articulaciones fluyen entre la niebla y la nieve. El velo se reagrupa como un gran islote dejándonos en un jardín del Edén congelado.

Un lago (Un lac, 2008) cuenta con la llegada de un forastero enigmático, extremidad latente invisible que la hermana con Teorema (1968) de Pier Paolo Pasolini. A pesar de su potencia visual, recomiendo su visionado más atento con los oídos que con los ojos; agitar las córneas como las lentejuelas de un traje y asirlo como si se tratase de una danza macabra. Doy comienzo a la liturgia de este breviario.

No hay sombra en la luz de invierno


1. Alexi, primer hijo de la luz. Leñador epiléptico que a tajos secos desmiembra los pinos de un bosque que actúa como instrumento armónico del alma.

2. Pienso en El acre del dolor de Isak Dinesen. La hipnótica hacha de Alexi y su respiración son agentes telequinéticos.

3. Preludio de una convulsión.

4. Grandrieux filmó las convulsiones como después lo hará la cineasta catalana Rrose Present, los movimientos espasmódicos de las extremidades resuenan contra la nieve en el fuera de campo mientras la cámara oscila entre el vértigo y la alucinación; los cerros del bosque mutan a débiles volutas oscuras.

5. La cámara de Grandrieux nos traga.

6. Pienso en La cabeza del dragón devorando a los compañeros de Cadmo, la más célebre de Hendrick Goltzius. Dentro de sus fauces, apenas reconocemos las formas del cuerpo de Alexi y su hermana Herge: la primera hija del paraíso.

La casa suspendida


7. Alexandr Sokúrov le susurró la figura de la madre ciega a Grandrieux. El padre es el sonido trémulo de las respiraciones y las pisadas del hogar claroscuro, y la madre, la imagen vulnerada y enferma (la humanidad de la perdurabilidad del soporte), un carácter material tenue como la frágil durabilidad de los días.

8. Vemos una casa, pero nunca entramos en ella a pesar de que nos mantenemos dentro.

9. ¿Esta familia vive en la Quinta del Sordo de Francisco de Goya? No distinguimos mobiliario alguno más que alguna cama o pajar apilado.

10. Las extremidades de Grandrieux para pintar: la luz tenebrista del interior y el alba del bosque.

11. Alexi vuelve a talar y ya lo empezamos a percibir. Es un Sísifo invernal esperando que su próximo ataque epiléptico haga caer cuesta abajo la roca enquistada en su mirada vidriosa.

La isla de los muertos


12. Jurgen, algo mayor que Alexi, llega al Edén congelado en una balsa.

13. El forastero es el médium del tacto, el hilo de las miradas entre él y Herge desmiembran el corazón de Alexi; la propia corteza de su corazón está a punto de sucumbir en la nieve, solo falta un leve tajo. Mañana será otro día.

14. No hay mañana.

15. El forastero penetra en Herge como si entrara a unas catacumbas sin antorcha, el estremecimiento de la carne es filmada por Grandrieux como una marea agitada.

16. El padre es un busto levitando en la oscuridad, Alexi se arrodilla frente a él mientras es cobijado por la mirada perdida de la madre.

17. El tacto es del forastero, la vista es del padre, el oído de la madre, el gusto es de la hermana y el olfato del hijo menor; Alexi es un recipiente vacío.

18. Pintar una familia es también aniquilarla.

19. Discurso de Alexi desde lo alto del edificio del mundo:

20. No hay amor.

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  • Clementina
  • El poder del perro
  • Adios al lenguaje-2