Existe una entrevista iluminadora de 1962 que hicieron Éric Rohmer y Michel Mardore a Henri Langlois —fundador de la Cinemateca francesa, y uno de los culpables de que hoy el cine sea lo que es— al respecto de lo que implica el trabajo de conservación de las películas. Langlois, quien además fue uno de los responsables de formar a la Nouvelle Vague con sus audaces decisiones de programación en el recinto cinéfilo, decía que la Cinemateca francesa no seleccionaba qué películas conservar, por el contrario, aceptaba todo lo que les ofrecían. La razón correspondía a una actitud de clarividencia extraordinaria: «Hay películas malas que siguen siendo malas pero que con el tiempo pueden volverse extraordinarias». Él asumía, entretanto, que el pasado del cine es su futuro; que sus decisiones no podían ceñirse a sus coordenadas espacio-temporales, pues las películas siempre pasan por el tamiz del tiempo y cambian sus sentidos según desde donde se les admire.

Lo que tenemos, es una forma de organizar y construir modelos alrededor del cine que, al contrario de clausurarlo, le permitan ser pensado desde perspectivas, agrupaciones y asociaciones intencionadas. En ese sentido, clasificar, sistematizar, y desarrollar genealogías puede ser un acto antes que cerrado, de carácter abierto; dispuesto a que el propio cine se transforme según el cristal con que sea mirado. Lo mismo podemos decir del interior mismo de las películas, que significan un tipo de mirada sobre la realidad, y, por tanto, un orden asignado a ésta. De modo que la historia del cine es una en llamas y viva, que va circulando y encontrando nuevos senderos; abriendo ramales e inaugurando nuevos derroteros que nos llevan al borde de nuestros límites sensitivos. ¿Cómo desemboca el pasado del cine en las producciones de la actualidad?, ¿cuáles son sus relaciones?, ¿cómo puede ser leída una película anterior desde nuestro contexto?, ¿cómo construir agrupaciones que cambien el sentido de las películas que las compongan?, ¿qué ocurre si nos enfocamos a un solo elemento de las películas?, ¿qué sumamos y qué restamos?, ¿cómo se entronca la crítica de cine con esta corriente de propósitos?

La revista digital de cine Correspondencias. Cine y pensamiento, convoca a presentar artículos y ensayos audiovisuales para el dossier Constelaciones (no. 04 // Invierno 2018), que reflexionen sobre los modos de acercarse a las películas; los procesos de selección como una manera de intervención sobre el cine. Las divergencias encontradas, los caminos historizados, las películas desonorizadas o ultrasonorizadas, según el foco de atención referido. También, cómo el propio material fílmico nos hace navegar en tal o cual dirección, dejándonos a veces a la deriva, y en otras, encontrando un orden morfológico de lo amorfo. Mapas, constelaciones, laberintos, caminos, rutas y cartas, son algunas de las formas que nos llevan a acariciar otras ideas del cine, y, por lo tanto, de un mundo que nunca permanece en silencio.