Ámbitos de la crítica cinematográfica

Entrevista a Eduardo Guillot


Por Correspondencias 

Ámbitos de la crítica cinematográfica

Entrevista a Eduardo Guillot


Por Correspondencias 

 

TAMAÑO DE LETRA:

El auge de festivales de cine, los cambios en la distribución y producción de películas, así como las nuevas lógicas instituidas en la crítica cinematográfica, hace necesario desmenuzar y desentrañar algunas de las claves que conforman las coordenadas presentes del cine. Con dicho motivo, intercambiamos vía e-mail preguntas y respuestas con Eduardo Guillot (Valencia, 1967); crítico, periodista cultural, cineasta y autor de libros como Sangre, Sudor y Vísceras. Historia del cine gore, en colaboración con Manuel Valencia, y Sueños eléctricos. 50 películas fundamentales de la cultura rock, de reciente publicación.

 


 

¿Cuál crees que es el papel de la crítica en la actualidad?

Si entendemos como crítica el análisis del discurso fílmico, diría que no ha cambiado en exceso desde hace décadas. Seguimos utilizando las mismas herramientas y nuestro papel continúa siendo residual, es decir, circunscrito a un grupo de espectadores muy determinado y al propio entorno de profesionales de la crítica. En el primer caso, el del público, jugamos un papel prácticamente nulo, como sucede en el resto de las disciplinas artísticas. Las estrategias de distribución y los resultados de taquilla demuestran que la influencia de la crítica es casi inapreciable a ese nivel. Otra cosa son los festivales o el trabajo que la crítica debe llevar a cabo al margen de los condicionantes del mercado, un trabajo, me temo, condenado a permanecer en los márgenes, pero que juega un papel de enorme importancia en el contexto del desarrollo del arte cinematográfico. En ese sentido, también es importante definir en qué consiste la crítica, ya que en la actualidad se encuentra en situación de franca minoría frente a formatos periodísticos más acomodaticios como la reseña informativa o el texto promocional encubierto.

Desde tu mirada, ¿cuál es el estado actual de la crítica cinematográfica en España?

Enlazando con el final de la respuesta anterior, la escritura cinematográfica en España se divide entre la crítica y el resto de manifestaciones periodísticas relacionadas con el cine. Por lo que respecta a la crítica, diría que cuenta con espacios importantes de referencia en papel, como Caimán Cuadernos de Cine, L’Atalante o Dirigido Por, revistas que abren con frecuencia sus páginas al debate y el estudio en profundidad. En los últimos años también han surgido en la red algunas propuestas muy interesantes, como Transit y O Estudio Creativo, que abarca otras disciplinas, pero contiene interesantes textos sobre cine.

Los festivales de cine no son sólo espacios donde se proyectan películas, ahí también son compradas por las distribuidoras y presentadas publicitariamente, además de competir por apoyos para su desarrollo tanto de creación como de producción. En ese sentido, ¿cómo crees que influyen todas estas lógicas instauradas a partir del auge de los festivales de cine, en la realización de las películas?, ¿consideras que las cinematografías locales se están transformando por este hecho?

Es una pregunta clave. En el último festival de Rotterdam, el director argentino Mariano Llinás ofreció una master class denominada Anti-Lab en la que instaba a los jóvenes directores a filmar sin preocuparse por los laboratorios y talleres que organizan los festivales. Empieza a ser demasiado frecuente que los seleccionadores de festivales vean las películas sin terminar y hagan sugerencias o planteen modificaciones a los realizadores como condición para aceptarlas en sus secciones a competición. Me parece una dinámica perversa. Caimán Cuadernos de Cine dedicó un extenso espacio hace ya algún tiempo a analizar el modo de funcionamiento que se ha establecido en los festivales a partir de que los críticos ejerzan también como programadores. Desde su punto de vista editorial, evidentemente, se defendía esa doble función, pero yo no tengo tan claro que no esté siendo perjudicial en algunos casos. He leído crónicas de festivales en las que el crítico apenas destacaba un par de títulos que eran los que ya había conseguido para exhibir en el festival donde trabaja. Demasiados intereses cruzados, porque muchos festivales también otorgan ayudas a la producción. Del mismo modo que existe un sistema hollywoodiense, también se ha creado un sistema de festivales donde se dictan las modas en el cine de autor y se crean fenómenos que parecen incuestionables, pero que no deberían serlo.

Pensando en los diversos ámbitos en los que se desenvuelve la crítica de cine, ¿qué similitudes y diferencias encuentras entre la crítica cinematográfica y el periodismo?

Diría que la crítica es una más de las ramas del periodismo cinematográfico, pero creo que no tiene nada que ver con la reseña, el reportaje, la entrevista y otros géneros de la profesión. La crítica exige reflexión, análisis y un posicionamiento argumentado. También cierta capacidad para poner la película abordada en relación con su contexto, el trabajo previo del director y la historia del cine. Creo que es un ejercicio de responsabilidad y debe ser totalmente independiente.

Finalmente, si las leyes de la física pudieran transformarse, y fueras encerrado por el resto de tus días en una película de terror, ¿cuál te gustaría que fuera?

Esta es difícil, porque soy un gran amante del cine de terror. En principio, no me gustaría vivir en ninguna, porque tendría muchas posibilidades de ser asesinado, pero si se trata de entrar en el juego, no me hubiera importado cruzarme con Max Schreck en el Nosferatu de Murnau y podría extender esa fantasía a otras encarnaciones de Drácula como las de Bela Lugosi para Tod Browning y Christopher Lee para Terence Fisher. Compartir angustia con el grupo humano encerrado en la casa de La noche de los muertos vivientes de George A. Romero, intentar huir del cuchillo de Michael Myers en Halloween o deambular por la primera pesadilla de Wes Craven con Freddy Krueger tampoco estaría mal. Pero me voy a decantar por una opción más moderna, porque se trata del mejor film de terror que he visto en mucho tiempo: me metería sin dudarlo en It Follows. Eso sí, no creo que durara vivo mucho tiempo…