La sensación de siempre / nunca estar/ser, articuló el pensamiento que daría nombre a la vitalidad vegetal donde se expresan las líneas y puntos de encuentro de cualesquiera sean las ideas, acciones o naturalezas que se desmembran hasta la infinitud. Rizoma, Deleuze, José Luis Brea como consecuencia directa, constelación. Misma intuición eidética, volcada en estética, aparece en la paradoja de lo cinético y lo estático de las imágenes de Sugimoto, donde ya no hay imágenes, solo desierto, paralelismo idéntico o el mismo si se quiere, en la máquina que Bioy Cazares inventó a través de Morel, para desaparecer y reinventarse a sí mismo, como posibilidad cuyo devenir es evanecer para trasladarse un siglo después en 120 minutos de imágenes de Boe y retornar a la pantalla en blanco, a la tábula raza.