Desfila, corazón

Editorial


Jul 27, 2021

TAMAÑO DE LETRA:

Empezamos preguntando por el amor en el cine para armar nuestro romancero cinéfilo. Las personas que atendieron el llamado nos entregaron algo, y ahora es tiempo de poner esos algos a marchar. Un desfile de corazones, como interpretó una colega un título de King Vidor. Les damos cuerda y andan uno tras otro como juguetes.

Nuestro andar inicia en Mysteries of Cinema, el libro más reciente de Adrian Martin, cuyo ensayo sobre la comedia romántica —una especie de radar para detectar este género escurridizo en distintas épocas y latitudes— se publica por primera vez en español. Después, desfila el corazón lírico de King Vidor, el corazón trágico de Max Ophüls, y los corazones hartos, exagerados y cibermitológicos de Las herederas (Marcelo Martinessi, 2018), Querelle (Rainer Werner Fassbinder, 1982), Matrix (The Matrix, Lana y Lilly Wachowski, 1999), Ella (Her, Spike Jonze, 2013) y Ex Machina (Alex Garland, 2014).

Para tratar las aristas extremas, donde el amor (o el desamor) se funde con el crimen, el ojo público y la autonarrativa, entrevistamos a dos realizadores que han tomado la sexualidad de sus personajes para fragmentarla y exponerla en perspectivas innovadoras. Por un lado, Gustavo Vinagre comparte su fascinación literaria por sus sujetos documentales, y por el otro, Tim Leyendekker reflexiona sobre el más allá de la ficción. Ambos trabajan en planos que trascienden los marcos narrativos que han formado los afectos de la audiencia cinéfila durante décadas.

En el brutal estudio de los celos que es Sonata a Kreutzer, un personaje de Lev Tolstói maldice a la música por imponerle un sentimiento ajeno sin explicaciones.[1] Una melodía nos inyecta humores en el alma, pero no nos dice por qué ni de dónde viene. El amor, como la música, dispone de lo que no le pertenece y abre la puerta a emociones sin nombre que llegan de ninguna parte. Quizás por eso no nos extrañe que los tres ensayos audiovisuales de este número funcionen a partir de piezas musicales, desde un tango de Astor Piazzolla hasta un preludio de Richard Wagner, para mirar el movimiento y la estasis de los cuerpos amorosos.


NOTAS Y REFERENCIAS:
[1] Lev Tolstói, The Kreutzer Sonata and Other Stories, Penguin Classics, Inglaterra, 2004, p. 96.