La rebeldía de la cotidianidad
Dadá no significa nada.
El dadaísmo mostró que se necesitaba una destrucción; de macronarrativas, instituciones e incluso de la creatividad exuberante.
En 2020, como en el movimiento dadá, nos toca cuestionar nuestras vivencias más comunes y encontrar una nueva narrativa en ellas. Encontrar belleza o extrañeza en ellas a partir de una nueva mirada. Hans Richter y Chantal Akerman lo hicieron antes de que una pandemia nos obligara este año.
Encontrar el arte, la belleza, lo incómodo, lo degenerado e incluso la identidad en lo que nos rodea, en lo cotidiano o en el azar. Después de todo, esa es nuestra realidad.