Mirar los ojos de la amenaza

Hale County esta mañana, esta noche (2018) de RaMell Ross


Jul 21, 2020

TAMAÑO DE LETRA:

¿Cuál es la órbita de nuestros sueños?[1]

En 1973, tres miembros del Ejército de Liberación Negra (BLA) —una división de las Panteras Negras— fueron detenidos por la policía porque una luz de su vehículo estaba averiada. El encuentro resultó en un enfrentamiento que tuvo como saldo la muerte del policía blanco Werner Foerster y la de Zayd Shakur, miembro de BLA. De acuerdo con los registros de la policía, fue la activista Assata Shakur, líder de esta organización, quien disparó y huyó junto con Sundiata Acoli, otro integrante de BLA.

Veinte años después, el FBI incluyó a Shakur en su lista de terroristas más buscados. Ella, la primera mujer en pertenecer al listado, es acusada de otros seis crímenes, entre los cuales figuran robo de un banco, robo a mano armada y secuestro. ¿Qué interés tenía el gobierno estadounidense en perseguir con tal afán a una mujer afroamericana que en ese momento cumplía casi sesenta años de edad?

Angela Davis propone una lectura crucial del suceso:

¿Por qué se le ha erigido [a Assata Shakur] como la enemiga pública número uno de los años sesenta, solo para volver a aparecer a finales del siglo XX como un objetivo particular de gobernadores de estados, del Congreso y de la Orden Fraternal de la policía? ¿Qué se le ha obligado a representar? ¿Qué función ideológica desempeña esta representación?[2]

Para mí, la clave está en esta última pregunta, que resuena una y otra vez en mi mente conforme observo un sinfín de películas donde las representaciones de las mujeres, de los afroamericanos, los latinos, las comunidades de diversas identidades de género o preferencias sexuales son reducidas a estereotipos que simplifican su complejidad en beneficio de la comodidad del espectador pasivo, de su preconcepción sobre determinada personalidad, y que termina por reforzar prejuicios que normalizan la supremacía blanca, el heteropatriarcado o la heterosexualidad, según sea el caso.

¿Cómo evitar encuadrar a alguien?

Ante este panorama, en el lenguaje cinematográfico una representación superficial trasciende lo inocuo y se convierte en una legitimación —consciente o inconsciente— de la mentalidad jerárquica que somete a una comunidad para darle más poder a otra. Ahí reside la urgencia de crear un cine atento a sus formas de aproximarse a los protagonistas, de mostrar sus historias y de profundizar en ellos. Hale County esta mañana, esta noche (Hale County This Morning, This Evening, 2018), del director estadounidense RaMell Ross, es un ejemplo valioso de la posibilidad que tiene el documental para acercarse con humildad a quien retrata y así erradicar la repetición de una serie de prejuicios que encuentran su aceptación en muchas narrativas tradicionales.

En 2009, RaMell Ross se mudó a Alabama para dar clases de fotografía. «Fotografiando el día a día fue que empecé a filmar, aprovechando el tiempo para descubrir cómo somos vistos por los demás»,[3] comentó el director. Desde esa declaración que se establece como nacimiento del filme, el trabajo de Ross se nota franco, como quien decide acompañar la rutina de una serie de personas que conoce y aprecia, sin necesidad de intervenir de acuerdo a su ideal de lo que el resultado de una película debería de ser. Y es por eso que Hale County esta mañana, esta noche dista de las representaciones hegemónicas de la comunidad afroamericana al sur de Estados Unidos.

La cámara de RaMell Ross es discreta, se sitúa cercana pero neutra ante sus protagonistas. Ya sea detrás de una nuca, centrada en unas manos o siguiendo el movimiento de un niño que juega, el registro de los detalles invita a tener una lectura activa de la conformación de la cultura negra, donde el espectador participa en la interpretación de los gestos sutiles que el director muestra para intentar comprender la complejidad de sus protagonistas. Lo mismo sucede con el montaje que, en vez de promover una interpretación tendenciosa, se asemeja más a la libre asociación de ideas, con un eje basado más en la forma que en el significado: gotas de sudor que caen sobre el suelo conducen a mirar la lluvia de otra manera o el vínculo entre un tatuaje en un cuello y las aves en el cielo es sugerido, quizá invitando a reflexionar sobre la libertad. En este documental, los cuerpos son políticos en sí mismos y solo mostrarlos transforma cada gesto en un acto simbólico, porque ¿cómo negar la politización de un color de piel al que se le ha negado su participación en la idea de progreso de un país entero?

¿Qué pasa cuando todo el algodón fue recolectado?

En repetidas ocasiones, el cine documental evidencia una distancia entre el director y los protagonistas, muchas veces latente en la propuesta formal y en el contenido de la película. Por eso Hale County esta mañana, esta noche brinda un respiro en esta tendencia y devuelve el protagonismo a quienes son retratados, permitiendo que sean ellos quienes guíen la película pese a la inevitable subjetividad de un realizador. En este caso, el director fomenta una mirada a la comunidad negra que no parte del estereotipo, sino que acompaña la vida doméstica. No estamos ante otra visión donde el afroamericano se mira como otredad, sino que nos integramos a la rutina de una comunidad narrada desde la misma comunidad; un detalle significativo, pues permite conocer la manera en que pasan el tiempo, las inquietudes y sueños que tienen y, al mismo tiempo, nos invita a navegar sin prejuicios en el interior de las personas que rodean al director, quien lleva más de diez años viviendo a su lado.

Sabiendo que las representaciones hegemónicas, y sobre todo las de las comunidades históricamente marginadas, responden a ideologías concretas que buscan legitimar el poder del Estado, resulta de vital importancia replantear la manera en que ciertos sectores son retratados en el cine. Ahí es donde Hale County esta mañana, esta noche ocupa un lugar imprescindible. En una larga lista de representaciones de la población afroamericana donde no se hace justicia a la diversidad de su historia y su cotidianidad en un país con un racismo demasiado vigente, el documental de 2018 invita a conocer, con respeto y receptividad, la manera en que el racismo estructural ha permeado la representación de ciertas comunidades, a reimaginar un constructo social de la negritud. Aquí, nuestra responsabilidad como espectadores es mirar más allá de las distorsiones de la realidad, cuidadosamente orquestadas, que el cine puede llegar a legitimar, para dar paso a un paradigma distinto en el que nuestra labor sea aprender a observar.

TAMAÑO DE LETRA:

 

  • Clementina
  • El poder del perro
  • Adios al lenguaje-2
  • Noticias de casa

FUENTES:
[1] Todos los subtítulos son citas de Hale County esta mañana, esta noche. (T. del A.)
[2] Assata Shakur, Una autobiografía, España, Capitán Swing, 2013.
[3] La cita en idioma original dice «Photographing in my day-to-day I began filming, using time to figure out how we’ve come to be seen». Tomada de Hale County esta mañana, esta noche.