La reescritura de un diario

Como el cielo después de llover (2020) de Mercedes Gaviria


Ene 27, 2021

TAMAÑO DE LETRA:

Desde muy pequeña, Mercedes tuvo una discusión con su padre: él, que en ocasiones pasaba largas jornadas sin salir de casa, defendía que su trabajo era el más difícil del mundo: ser cineasta; ella no entendía por qué su madre tenía que salir todos los días sin falta a trabajar desde temprano.

Crecer con un padre director de cine produjo un vasto archivo de películas caseras. Estos fragmentos, al materializar una memoria por medio de las imágenes y el sonido, se convirtieron en fetiche y no dejaron espacio para la reinterpretación. Al revisar el archivo familiar, reafirmamos la relación afectiva con lo que vemos: reconocemos y señalamos a familiares, amigas, lugares y escenarios que generaron significado en su momento, y el vínculo afectivo es reestablecido. Sin embargo, reafirmar algo implica seleccionar, excluir.

Lo excluido se materializa primero en forma de diario en Como el cielo después de llover (2020). La voz en off de su directora, Mercedes Gaviria, nos cuenta cómo su madre comenzó a escribir un diario antes de que ella naciera, mientras vemos fotografías y videos filmados por su padre. Sobre una pantalla en blanco, aparecen letras y conocemos los temores e inseguridades más íntimas de la madre de Mercedes, al igual que sus deseos: ella le pide a su hija que sea optimista, que si su padre se ausenta por largos periodos es porque otras personas lo necesitan, que esta ausencia genera un profundo miedo a perderlo y que Mercedes no puede vivir con este miedo, porque ese no es el mundo ni la vida que quiere para su hija.

Lo excluido es también un mundo que queda al costado de las películas caseras, fuera de esas imágenes fetiche que pareciera que restringen o encapsulan a quienes aparecen en ellas. Si el acto de filmar al otro limita su existencia, una forma de desdibujar estos límites se produce cuando viramos el foco de atención hacia lo que a veces es considerado ruido, lo que se encuentra fuera de campo y que, por lo tanto, suele ser indefinido, inabarcable. En Como el cielo después de llover no vemos la replicación de las formas y narrativas asociadas a las películas caseras, como si se tratara de contestar con el mismo molde la historia que a Mercedes le tocó conocer a través de la mirada de su padre, de sus grabaciones. La película más bien desestabiliza estas formas a partir de ese ruido o fuera de campo: intenta alejarse de dinámicas jerárquicas que prevalecen en el rodaje de películas, al preguntarse por qué una película no puede realizarse con un equipo de tres personas, y en su familia, cuando su padre justifica la necesidad de ser autoritario por miedo a ser visto como un padre débil.

Tal vez el ruido que menciona Mercedes no tiene como intención ser definido de manera determinante, pero ya comienza a escucharse con mayor claridad y es constante, un ruido que pasa de generación en generación y que comienza a abrirse espacio más allá de un diario íntimo.

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