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Come Here (2021) de Anocha Suwichakornpong


Mar 5, 2021

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Un viaje terrestre. El cine tiene viajes por tierra o viajes por mar, películas de trenes o de barcos, y esta es una de trenes. No me había percatado nunca de lo que probablemente es una obviedad: la ventana de un vagón vista desde adentro es una pantalla, y el carrusel de árboles en su lienzo móvil es una proyección.

Los trenes se cruzan en dos direcciones, Bangkok y Kanchanaburi; atrás y adelante, pero alguien habla de una tercera vía, una tangente a Myanmar que se quedó truncada. Los caminos del Death Railway ya no llegarán a Myanmar, no se hable más.[1] A Kanchanaburi fueron cuatro actores a visitar el Hellfire Pass Memorial Museum, cerrado por remodelación. Los amigos rentan una cabaña y beben juntos, revelan ciertas tensiones amorosas (o desamorosas) y dudas vocacionales; los vemos desde lejos, desde la otra ladera del río. Una gotera invisible se oye más fuerte que su conversación o que el murmullo del río en primer plano, como anunciando lluvia.

«Death Railway» y «Hellfire Pass»: los nombres suenan a sangre. El único indicio de la historia de este lugar es una mujer que corre entre la maleza huyendo de algo. Su aparición es antinatural; se agacha para beber agua, se acuesta en el pasto y se transforma.

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Una representación. O dos. El teatro pone distancia entre lo que un día fue y lo que todavía queda de aquella noche en Kanchanaburi. El antes y el después; la vivencia y la anécdota. La escenografía de una obra en Bangkok falsifica una ventana con un proyector: un paisaje de luz que reproduce los árboles del pasado y se roba un rectángulo de la naturaleza para traerlo frente al público de la ciudad. Los amigos de Hellfire Pass ahora son artífices de la puesta dramática.

El artificio teatral se compara al cinematográfico. Come Here (2021) es otra forma de superestructura para volver a indagar en las raíces penetrantes de Tailandia. El enfoque lucirá distinto a los trabajos previos de Anocha Suwichakornpong (por sus discretos elementos de cine juvenil y road movie), pero la búsqueda es la misma: el rastro de lo filmable, de los ritos, testimonios o nombres; la recontextualización de sitios cargados de energía siniestra.

Porque la superestructura reina es el audiovisual, además de cavar entre las raíces de lo autóctono, volvemos a mirar el impacto que la propia filmación tiene en los espacios que retrata. El desdoblamiento del cineasta no solamente es un motivo que se repite en By the Time It Gets Dark (Anocha Suwichakornpong, 2016) y en Krabi, 2562 (Anocha Suwichakornpong y Ben Rivers, 2019), sino que toma forma propia en la metapelícula Lemongrass Girl (2021). Dirigida por Pom Bunsermvicha y escrita por Anocha, una pequeña travesía docuficcional ocurre durante el rodaje de Come Here: la jefa de producción, Piano, acaba de perder a la lemongrass girl del equipo y tiene que reemplazarla pronto. El término se refiere a una superstición tailandesa; toda producción tiene una encargada de plantar un tallo de citronela[2] boca arriba y bajo cielo abierto, para que no llueva durante el rodaje. Este viejo ritual solo funciona si la mujer en cuestión es virgen, y nadie en la producción de Come Here se quiere poner en evidencia. Como en su película fractal, aquí también se pone especial atención en el paisaje y las voces del río. Después de buscar un reemplazo y fallar, Piano termina asumiendo el rol, ansiosa de lo que van a decir sus colegas si empieza a llover mientras filman.

Los personajes de Lemongrass Girl son vehículos de la historia de su país sin siquiera reparar en ello. Con esa misma naturalidad con la que Piano asume una tradición absurda y ajena, los amigos de Come Here se mueven desde un viaje de recreación hasta una puesta en escena aparentemente inocua. No faltará pensamiento mágico que detecte con terror a los fantasmas que estos jóvenes actores se trajeron a ese pedacito de Hellfire Pass que montaron en el escenario. La ventana falsa se asoma a un cementerio sin flores, a un lapidario de luz que no desaparece, aunque pase desapercibido.

TAMAÑO DE LETRA:

 

  • Clementina
  • El poder del perro
  • Adios al lenguaje-2

NOTAS Y REFERENCIAS:

[1] ¿Y si se hablara más? El camino a Myanmar no llegó por tierra, pero llegó por mar hace poco en Manta Ray (Phuttiphong Aroonpheng, 2018). Como en Come Here, ahí también se deja en entredicho un acto de guerra en territorio tailandés.

[2] Lemongrass, la planta que en México conocemos como «té limón» o «zacate limón» y en América Latina con otros cientos de nombres diferentes.