Dossier: Paisaje


No. 02 // Verano 2017

El cine siempre ha presentado una preocupación por el paisaje. Desde las vistas científicas de sus orígenes, las representaciones románticas, pasando por la industria del turismo, el dominio de la técnica sobre la naturaleza, la experiencia estética, hasta la relación de los sujetos con su entorno y las nuevas representaciones del territorio global y urbano.Si entendemos el paisaje como el espacio que el ojo abarca desde un punto de vista, el cine es esencialmente paisajista. La perspectiva, la escala, la forma y el fondo, la contemplación o la inmersión, son elementos que intervienen para pensar en los paisajes fílmicos y sus posiciones. ¿Qué cualidades impone el cine al paisaje?, ¿cómo lo interviene y lo construye?, ¿cómo lo transforma y se deja transformar?, ¿cómo se vincula la figura humana y el paisaje?, ¿es la mirada la que lo crea?

Una de las discusiones centrales que establece al paisaje como una posición crítica frente al espacio, es el debate entre quienes ven en el paisaje una reducción de la realidad, con su perspectiva unidimensional y pasiva; y quienes se enfrentan al paisaje como una posibilidad de complejizar el mundo, extender la experiencia estética y participar a través de una mirada emancipada. También resulta importante ver al paisaje como algo vivo, que se influencia y es influido por el humano, el tiempo y los imaginarios. En este panorama, las y los cineastas han filmado el paisaje desde múltiples enfoques, y tal vez los más interesantes, son aquellos que logran trascender la distinción entre fondo y figura, haciendo del entorno algo que forma parte de los sujetos. La soledad, la actualidad, el tiempo cristalizado, los viajes, los cambios geográficos, la distancia, la ausencia y la sensibilidad, han sido puestos en juego mediante las imágenes, los sonidos y los silencios de Lois Patiño, Albert Serra, Antonioni, Jia Zhangke, James Benning, John Ford, Peter Hutton, Sharon Lockhart, Gus Van Sant, Lisandro Alonso y Tatiana Huezo, por mencionar algunos.

El dossier que ahora presentamos, reúne algunos de estos nombres, y otros más, adentrándose en las construcciones cinematográficas del paisaje como estética, memoria, identidad, historia y cultura, así como su influencia en la experiencia del espacio a partir de sus elementos sonoros y cinemáticos. Sean bienvenidos todos, todas, a atravesar esos paisajes que nos interpelan con furia y cautela, los que reposan en nosotros, y los que nos permiten percibir, aunque sea por unos instantes, el sentido de lo lejano.